¿Qué pasará el próximo 10 de diciembre del 2007?

En Chile nos estamos acostumbrando a conmemorar fechas importantes con violencia.
Ya tenemos como ejemplo el día del joven combatiente el 29 de marzo, la conmemoración de la caída de Salvador Allende el 11 de septiembre y por citar un último ejemplo algunas ciudades del país que recuerdan la muerte de Daniel Menco.
Luego de la muerte de Augusto Pinochet, muchos se dieron el lujo de manifestarse y celebrar la muerte del “tirano” y de llorar la muerte del “salvador” para otros. Pero más que un sentimiento de satisfacción o el fin de un periodo como lo han llamado algunos, ronda a nivel nacional e internacional, una sensación de injusticia, puesto que no fue ésta quien se encargó de juzgar al dictador.
Murió impune, acompañado de todos su familiares y gozando de las mejores atenciones y junto con todo ello, se llevó al más allá información valiosísima para esclarecer muchos de los casos por los cuales se le investigaba.
Queda ahora la incertidumbre en la mente de los familiares de los detenidos desaparecidos, pues ahora menos sabrán donde pueden estar sus seres queridos, queda la rabia en los más radicales porque jamás fue juzgado y el sentimiento internacional lo deja de manifiesto. Países como Francia, España y Estados Unidos dejaron en claro este sentimiento.
¿Dónde esta la plata? Es algo que también se debe investigar, no olvidemos que la familia de Pinochet quedó bastante solvente luego del golpe militar. Pero eso quien lo puede dilucidar ahora.
Creo ante los hechos que destacan en nuestra historia nacional, que más que una fecha de celebración o conmemoración, el 10 de diciembre se tornará en otro día más de violencia injustificada para las autoridades y justificada para quienes realizan desmanes, es decir simple delincuencia.
¿Justificada desde que punto? Dejaron sembrada la rabia y el desconcierto. La justicia jamás formalizó una acusación ante el dictador y mientras los jueces lo declaraban como ininputable porque su cabecita no daba más y el estado de salud no lo acompañaba, Pinochet disfrutaba de otros lujos como salir a pasear a Iquique por ejemplo.
Es la misma situación que acompaña a las otras conmemoraciones y la razón es simplemente injusticia. Por no hacer justicia en su momento, generamos estos climas hostiles. Yo no quiero justificar a nadie, pero esa es una razón.
Tristemente estos hechos ensucian la imagen de nuestro país, además son instancias que los delincuentes aprovechan para saquear centros comerciales y dar rienda suelta a su vandalismo.
En conclusión, hemos sumado una fecha de conmemoración que estará llena de violencia en los años venideros. Ojala no ocurriera, pero los hechos indican otra realidad.
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